martes, 29 de octubre de 2013

ADIVINANZA







Casi siempre en compañía,
piel sin intención de piel
a veces temblando y solas.

Esperan al viento
al comienzo de la osadía,
para abrir su corazón
tapizado de espinas.

¿Qué buscan al caer en el agua fría?





viernes, 18 de octubre de 2013

CIEGO DE LUZ









Las cosas simples ahogan con lisonjas
mi percepción y buen temple.
El hambre voraz del tiempo
hace sonar mis rígidas entrañas,
al comprobar a diario
que la pasión no es suficiente.

Ese alambre por el que camino,
pierde su equilibrio ficticio
al ver el ritmo de mis pasos
en un mundo que tiembla.
La suerte nunca vendrá a gestar
la solución a mi enigma,
eso es cierto, al igual que es cierto
que con mil trozos de sonrisas
se forma un nueva ilusión.

Esta insatisfacción
de nuevo me sacará de paseo,
es fiel a las estaciones,
seguidora del olor a cedro
de mi armario de invierno.
Mientras oigo despertar mis telarañas,
quiero desaparecer un rato,
morir un rato
y sentir la fortaleza de la clave de arco
que da majestad a mi montaña. 







jueves, 10 de octubre de 2013

MI GUARIDA MÁS TENTADORA









Me sumerjo consciente en penumbras
buscando la luz que ayer contemplé
escondido detrás
 de no se sabe que decepción.

Busco en la decadencia el éxito.

El saber que aquella luz
no es la misma que la de esta mirada,
me hace recaer en
mi guarida más tentadora,
la que alimenta mi embeleso
por cada una de
las mil caras de la desdicha.

Busco en el cautiverio holgura.

Pongo en orden mi escritorio
todavía de verano,
tiro a la papelera la debilidad
de mis rodillas
envuelta con los poemas
que todavía han de crecer.
Barro desde entonces
las hojas que darán cobijo
al fervor que germinará
semillas de placer.

Busco en la cobardía el arrojo para vivir.







martes, 1 de octubre de 2013

ADIÓS SEPTIEMBRE












Adiós Septiembre, ya no acecharás más mi estrella.
Te llevaste de mis ojos las rosas últimas de otoño,
alguna tinta con la que sanar hernias de flaquezas,
el color moreno de alguna de mis canas,
la última zancada de mi sombra canina.

Creías que ibas a ser superviviente en mi memoria,
dueño del altar en mi ágora de sueños,
quebranto del árbol que da la vida.
Te digo que ya no serás hoja de calendario.
Ha pasado la vendimia de la fruta amarga.

De nuevo soy heredero de mi tiempo,
testigo de lo que miro, de lo innegable,
capitán de los latidos de esta tierra y su azahar.
De aquel baile soy ahora la música.