domingo, 23 de febrero de 2014

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Se buscan vecinos nuevos
con los que compartir
el almuerzo de los recreos
de la infancia, para ello
estoy dispuesto a cambiar
de camisa a mi paisaje, incluso
mudar los pasos contados
que llevan a mi huerto.

Se buscan canteras de integridad,
lavaderos donde enjabonar
la lluvia ácida del miedo
y un jardín para mis creencias
en compañía de mareas de
almas rotas por el castigo del amor
y manos limpias.

Se buscan precipicios en el tiempo
donde esconder el deleite con la mirada
fundiendo el cuerpo en la danza
de mantis ateas de amores eternos.
La caída de las hojas marcarán
en mi cuerpo las muescas
con las que me reconoceré en otra vida.
 
Se buscan versos con forma de labios
que pongan voz a los hijos de las estrellas
y declaren a la muerte
patrimonio inembargable
de la humanidad.

Se busca el origen del grito del sentir.



A mi amigo Andrés Munuera