Foto Kike Gómez
Viagra en las
paralelas
Ignoro la
liturgia
que despojó
de riscos
el mapa de las líneas paralelas.
Erguidas
desde su escalafón de aire
tan solo fingen
ímpetu,
control
sobre su vida,
un olor
demasiado erecto
para tan
frágil cobertura.
Por más que
las estudio
se parecen
de sobra a la correcta
posición de
la muerte inmaculada
y es por eso
que duermo
en la curva del estado fetal,
entre los
rizos púbicos
y el silbido
de un verano de catres.
Imaginan que
algún día aleatorio
la amistad
empalme sus vidas,
que las
amapolas rompan su linde
en forma de
tormenta de fluidos
que,
calientes, domestiquen su sangre.
Ir al
encuentro altivo
con la
ecuación resuelta de unos brazos
que las
encadenen bajo el horóscopo
de exóticas
incógnitas.