Releyendo los Cuentos de La Alhambra de Washington Irving recuerdo con nostalgia cada una de las veces que he paseado por esta morada de guerreros y poetas. En sus muros podemos encontrar uno de los mayores libros de poesía, de escrituras cursivas y cúficas enmarcadas bajo el lema de la dinastía Nazarí “ Sólo Dios es Vencedor”.
En la Alhambra
Allí fui… jardín de mirtos y limones, regado por lágrimas de bellas gacelas.
Allí fui… reflejo de estuco de cal apagada, de mosaico y mármol pulverizado.
Allí fui… amante de la luna en oración y del sonido de las perlas en las fuentes.
Allí fui… cálamo ansioso por verte, mojado en bergamota, azafrán y miel.
Allí fui… laúd de cedro, embriagado por el manantial del vino del amor y del deseo.
Allí fui… gusano de seda, alimentado por el secreto del cardamomo y la almendra.
Allí fui… soy y seré sueño, morada del llanto y plegaria de las estrellas.
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