miércoles, 18 de septiembre de 2013

TÉ VERDE CON ACEVEDO










Al ver caer una pluma y su espiral en el aire,
pensé irme a otro tiempo
en el que no hiciese sentir dolor
a los que me aman.

Verterme en la noche de los poetas,
quemarme con labios de manzana.
Otro tiempo donde la sed colmada,
me haga olvidar el miedo que hay en la noche.

 Sentí el amargo del té verde,
aprendí que en los sueños hay otras vidas.
Del llanto en el dolor
recogí semillas de esperanza.

Dime río que tu agua será mi aliento.
Dime viento que no estoy solo.






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