sábado, 7 de septiembre de 2013

DISLEXIA








Un jolgorio de burbujas con aire de lluvia
corretea entre las piedras, buscando una boca
donde vaciar oscuras presencias.

La lluvia limpia el rubor de las flores resbalando
por toboganes que caen hacia la tierra,
por tejados donde los pétalos hacen
de gárgolas que ahuyentarán
a brujas, demonios y otros espíritus.

¡Llueve! Estampida en el concierto
de jóvenes libélulas, los cristales presumen
de reflejos en gotas de chaparrón.
Mi dislexia en el espejo me sugiere
abrigarme con una manta de tristeza.

La lluvia jadea en mi pecho,
la lluvia afina mi corazón.






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