lunes, 4 de noviembre de 2013

HACIA CORK CON AMOR








Y en diciembre quizás te vea
vestida de tréboles verdes,
con violines y avellanas brotando de tu pelo
que ahora, sí es feliz
en la senda que ve nacer el viento.

La llama de Irlanda
ya calienta tus lágrimas de luz  
llenas están tus manos de castillos
dioses y espuma de mar.

En ti acaricio los sueños que tuve un día,
en tu recodo conservo aún el calor
para que vuelva el petirrojo
con el que festejaremos tu regreso.

Toco madera para que resuene la brisa
 de aquella tarde en el río,
aprieto mis ídolos
implorando al sol que caliente tu cara.





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