Foto: Andrés Salas
La libertad de la caña
Mi cesta de cañas no sabe de jaulas
ni arrestos domiciliarios
sino de soplos de parábolas
y arcos en el espacio.
Antes de dividir su aura
toca música de flautas
que rompe el eco
que vive en sus entrañas.
Huele a manos recién lavadas
y como el fuego,
cruje sus ascuas
entre martinetes de fraguas.
¿Sabes que se pone contenta
si trenzas sus venas largas?
tatuando cruces y estrellas, si miras
al trasluz de su alma.
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