viernes, 22 de febrero de 2013

CEÑIDO A MI BURLADERO







¿Qué se esconde detrás del miedo
 sino un salto al vacío del abismo?

¿Qué se esconde detrás de un grito de rabia
sino la turbación de los días perdidos?

¿Qué se esconde detrás del silencio entre tú y yo
 sino unos falseados pasos sin retorno y a oscuras?

¿Realmente queremos oír la verdad de los ojos que miramos o sólo
pasar las hojas del calendario y esperar la próxima estación?

Porque es fácil cambiar en los libros, es sencillo amar en San Valentín.

Desde mi recreo veo como se deterioran
 los saltos al talud de mi temeridad.

Yo, platónico decepcionado y maduro,
al disfrutar del calor que dan los pliegues de mis arrugas,
me siento  cada vez más amante de los grados de la angustia.
 
Yo, en mi feudo de egoísmo cada día selecciono más las miradas
 y menos lo diminuto que vive en la brisa del vuelo de las garzas.

Ceñido a mi burladero, el carnaval, el baile de máscaras
cada vez tiene más sentido.

Yo no elegí quererme, pero sí definirme.






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