sábado, 12 de abril de 2014

REQUIEM POR UN CANDELABRO










Callo mi mirada en tu melodía
porque sé que tu luz no gasta pupilas
cada nacida va de la mano de un soplo
perdido entre las curvas del humo.

Tu creas la luz llegada de la noche
en un mundo pleno de incendios
falto del candor de la inocencia
encandilado por el choque de medallas.

Luz perpetua que sube a mi cielo descosido
ausente de estanterías con horizonte
donde los atardeceres se mezclan
en la misma caja con cervezas y lirios.

Te seguiré defendiendo del viento
de los caminos perdidos mediador serás
en el columpio de tus brazos
cuando el sueño tenga reposo
desde mi piel itinerante.






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